jueves, 2 de enero de 2020

APOCALIPSIS 4

Apocalipsis 4 Nueva Traducción Viviente (NTV)


Adoración en el cielo

Entonces, mientras miraba, vi una puerta abierta en el cielo, y la misma voz que había escuchado antes me habló como un toque de trompeta. La voz dijo: «Sube aquí, y te mostraré lo que tiene que suceder después de esto». Y al instante, yo estaba en el Espíritu[a] y vi un trono en el cielo y a alguien sentado en él. El que estaba sentado en el trono brillaba como piedras preciosas: como el jaspe y la cornalina. El brillo de una esmeralda rodeaba el trono como un arco iris. Lo rodeaban veinticuatro tronos en los cuales estaban sentados veinticuatro ancianos. Todos vestían de blanco y tenían una corona de oro sobre la cabeza. Del trono salían relámpagos y estruendo de truenos. Delante del trono había siete antorchas con llamas encendidas; esto es el Espíritu de Dios de siete aspectos.[b] Delante del trono también había un mar de vidrio brillante, reluciente como el cristal.
En el centro y alrededor del trono había cuatro seres vivientes, cada uno cubierto de ojos por delante y por detrás. El primero de esos seres vivientes era semejante a un león, el segundo era como un buey, el tercero tenía cara humana, y el cuarto era como un águila en vuelo. Cada uno de los seres vivientes tenía seis alas, y las alas estaban totalmente cubiertas de ojos por dentro y por fuera. Día tras día y noche tras noche repiten continuamente:
«Santo, santo, santo es el Señor Dios, el Todopoderoso,
    el que siempre fue, que es, y que aún está por venir».
Cada vez que los seres vivientes dan gloria, honor y gracias al que está sentado en el trono (el que vive por siempre y para siempre), 10 los veinticuatro ancianos se postran y adoran al que está sentado en el trono (el que vive por siempre y para siempre), y ponen sus coronas delante del trono, diciendo:
11 «Tú eres digno, oh Señor nuestro Dios,
    de recibir gloria y honor y poder.
Pues tú creaste todas las cosas,
    y existen porque tú las creaste según tu voluntad».

JUECES 13

Jueces 13 Nueva Traducción Viviente (NTV)

Nacimiento de Sansón

13 Una vez más, los israelitas hicieron lo malo a los ojos del Señor, así que el Señor los entregó en manos de los filisteos, quienes los oprimieron durante cuarenta años.
En esos días, vivía en la ciudad de Zora un hombre llamado Manoa, de la tribu de Dan. Su esposa no podía quedar embarazada, y no tenían hijos. Entonces el ángel del Señor se le apareció a la esposa de Manoa y le dijo: «Aunque no has podido tener hijos, pronto quedarás embarazada y darás a luz un hijo varón. Así que ten cuidado; no debes beber vino ni ninguna otra bebida alcohólica ni comer ninguno de los alimentos prohibidos.[a] Quedarás embarazada y darás a luz un hijo, a quien jamás se le debe cortar el cabello. Pues él será consagrado a Dios como nazareo desde su nacimiento. Él comenzará a rescatar a Israel de manos de los filisteos».
La mujer corrió a decirle a su esposo: «¡Se me apareció un hombre de Dios! Tenía el aspecto de uno de los ángeles de Dios, daba miedo verlo. No le pregunté de dónde era, y no me dijo su nombre. Pero me dijo: “Quedarás embarazada y darás a luz un hijo. No debes beber vino ni ninguna otra bebida alcohólica, ni comer ninguno de los alimentos prohibidos. Pues tu hijo será consagrado a Dios como nazareo desde el día de su nacimiento hasta el día de su muerte”».
Entonces Manoa oró al Señor diciendo: «Señor, te pido que el hombre de Dios vuelva a nosotros y nos dé más instrucciones acerca del hijo que nacerá».
Dios respondió a la oración de Manoa, y el ángel de Dios se le apareció otra vez a la esposa mientras estaba sentada en el campo; pero Manoa, su esposo, no estaba con ella. 10 Así que, enseguida ella fue corriendo a contarle a su esposo: «¡El hombre que se me apareció el otro día está aquí de nuevo!».
11 Manoa regresó corriendo con su esposa y preguntó:
—¿Eres el hombre que le habló a mi esposa el otro día?
—Sí —contestó él—, soy yo.
12 Entonces Manoa le preguntó:
—Cuando tus palabras se hagan realidad, ¿qué reglas deben gobernar la vida y el trabajo del muchacho?
13 El ángel del Señor le contestó:
—Asegúrate de que tu esposa siga las instrucciones que le di. 14 No debe comer uvas ni pasas ni beber vino u otra bebida alcohólica, ni comer ningún alimento prohibido.
15 Entonces Manoa le dijo al ángel del Señor:
—Por favor, quédate aquí hasta que preparemos un cabrito para que comas.
16 —Me quedaré —le contestó el ángel del Señor—, pero no comeré nada. En cambio, puedes preparar una ofrenda quemada como sacrificio al Señor.
(Manoa no se daba cuenta de que era el ángel del Señor).
17 Entonces Manoa le preguntó al ángel del Señor:
—¿Cómo te llamas? Pues queremos honrarte cuando todo esto se haga realidad.
18 —¿Para qué preguntas mi nombre? —contestó el ángel del Señor—. Es demasiado maravilloso para que tú lo comprendas.
19 Después Manoa tomó un cabrito y una ofrenda de grano, y ofreció todo sobre una piedra como sacrificio al Señor. Y mientras Manoa y su esposa observaban, el Señor hizo algo asombroso: 20 cuando las llamas del altar se elevaron hacia el cielo, el ángel del Señor ascendió en medio del fuego. Al verlo, Manoa y su esposa se postraron rostro en tierra.
21 El ángel no volvió a aparecerse a Manoa y a su esposa. Entonces Manoa finalmente se dio cuenta de que era el ángel del Señor, 22 y le dijo a su esposa:
—¡Seguramente moriremos, porque hemos visto a Dios!
23 Pero su esposa dijo:
—Si el Señor hubiera querido matarnos, no habría aceptado nuestra ofrenda quemada ni nuestra ofrenda de grano. No se nos hubiera aparecido, ni habría dicho algo tan maravilloso, ni hecho estos milagros.
24 Así que cuando nació su hijo, ella lo llamó Sansón. Y el Señor lo bendijo, y el niño creció. 25 Y el Espíritu del Señor comenzó a manifestarse en él mientras se encontraba viviendo en Mahne-dan, entre las ciudades de Zora y Estaol.

miércoles, 1 de enero de 2020

DEVOCIONAL DIARIO





PADRE CELESTIAL EN EL NOMBRE DE JESÚS, CLAMAMOS FIRMEMENTE POR LA CIUDAD DE JERUSALÉN, LA PAZ SEA SOBRE TU NACIÓN, EL PUEBLO DE ISRAEL NECESITA DE TU AYUDA MÁS QUE NUNCA, CLAMAMOS MISERICORDIA EN EL NOMBRE DE JESÚS AMÉN




2020 EL AÑO DE LAS VÍRGENES PRUDENTES 




AÑO 2020: ESTAD PREPARADOS  COMO LAS VÍRGENES PRUDENTES ,
Y he descendido para librarlos de mano de los egipcios; yo los sacaré de aquella tierra a una tierra buena y ancha, a tierra que fluye leche y miel, EL ESPÍRITU DE DIOS SE LEVANTARA CON GRAN PODER SOBRE EL PUEBLO DE DIOS , CRISTO VIENE YA  LA PUERTA SE CIERRA,  TODO PAMPANO QUE NO LLEVE FRUTO SERA CORTADO , EL AÑO DE LAS ESCRITURAS , EL AÑO DE LA PALABRA DE DIOS






ENERO:DIOS HA EMPODERADO  A SU PUEBLO PARA BATALLARA CONTRA LAS FUERZAS DEL ENEMIGO , MILAGROS INESPERADOS OCURRIRÁN, LA VOZ DE DIOS RECORRE TODA LA HUMANIDAD


ENERO: EN MARCHA TE DICE EL SEÑOR , NO TE APEGUES  A NADA , EL SOL BRILLARA PARA LOS ESCOGIDOS , MÍA ES LA VENGANZA DICE EL SEÑOR JESÚS







CORRE DICE EL SEÑOR , CORRE , ESTE ES EL TIEMPO DE CORRER,  DE BUSCAR AL SEÑOR EN ESPÍRITU Y EN VERDAD , DIOS ESTA PLANEANDO SU ARREBATAMIENTO A SU IGLESIA , YA DIOS LO HA DICHO Y EL LO HARÁ


TIEMPO DE VENCER CON LA AYUDA DE DIOS , EL HOMBRE TIENE QUE LEVANTARSE NUEVAS FUERZAS PARA EL PUEBLO DE DIOS , SABANAS LIMPIAS , LOS MISTERIOS DE DIOS SERÁN REVELADOS MUY PRONTO


ESTAMOS TAN CERCA , TAN CERCA QUE SE PUEDE SENTIR  LOS PASOS DEL SEÑOR , GRANDES AVISTAMIENTOS DE LUCES


BUSCA LA PUERTA ESTRECHA , BUSCA EL CAMINO ANGOSTO , SE FIEL Y SERAS RECOMPENSADO

DIOS TIENE EL CONTROL , AFIRMATE , CIERRA TRAS SI TU PUERTA CON SEGURO , NO SEA QUE EL ENEMIGO ENTRE Y ROBE TODO LO QUE HAS ALCANZADO POR TANTO TIEMPO



NO TE ALEJES DE MI TE DICE EL SEÑOR , NO MIRES CERCA , MIRA MAS ALLÁ DE LO QUE TUS OJOS CARNALES PUEDEN VER


EL TIEMPO DE LA RETRIBUCIÓN  A NIVEL ESPIRITUAL HA LLEGADO  , PACIENCIA MIS HIJOS , PRONTO RECOGERÉ A MI  PUEBLO , SE OYE LA GUERRA , SE OYE EL RUGIR DEL LEÓN


EL FIN HA COMENZADO ,  Un litro de trigo por un denario, y tres litros de cebada por un denario, y no dañes el aceite y el vino., LA MONEDA MUNDIAL SE ACERCA A PASOS ACELERADOS , EL DESPERTAR , DESPIERTA , DESPIERTA , DESPIERTA  PUEBLO DE DIOS , ÁNGELES CAÍDOS PERVERTIDOS , SOMBRAS DE MUERTE , LA GRAN REBELIÓN QUIERE APARECER , LAS MONTAÑAS CAER, SUENA EL TELÉFONO  ES CRISTO,  LLAMANDO A SU PUEBLO, VOLCANES , OVNIS, EL GRAN DRAGÓN SE SOLTARA 




CRISTO VIENE ESTAD PREPARADOS COMO LAS VÍRGENES PRUDENTES 



GUÍA PROFÉTICA


LIBRES PARA SANTIDAD TERCERA PARTE

TERCERA PARTE 

CUANTOS EN EL MUNDO DICEN ESTAR LIBRES Y ES MENTIRA,  SU CAUTIVERIO ESTA AHÍ,  NO HAN PODIDO SALIR DEL MISMO DESIERTO DANDO VUELTAS AHÍ MISMO

QUERIENDO SER ESCLAVOS DE LA PORNOGRAFÍA , LOS DESEOS DEL MUNDO Y TODA DESCONFIANZA A DIOS

USTED LE FINGE A DIOS LIBERTAD

QUE ES LIBERTAD PARA DIOS ?

ES RECONOCER QUE TODO LO PUEDO HACER, PERO NO TODO ME CONVIENE , TODO NO LO PUEDO ACEPTAR

PERO NO TODO VIENE DE PARTE DE DIOS,  NI SE ACOMODA A LO QUE DIOS EN SU PALABRA ENSEÑA

POR ESO USTED SE CONSIDERA LIBRE DE PECADO PARA CONDENAR , PERO CUANDO VA ACUSAR AHÍ SI ES LIBRE PARA JUZGAR  A UN ESCLAVO

SABIENDO QUE SU CONDENACIÓN NO LE ES PERMITIDA POR DIOS ,  PORQUE USTED NI SIQUIERA HA TOMADO EN SERIO LA LIBERTAD QUE CRISTO LE HA DADO PARA VIVIR EN SANTIDAD

APOCALIPSIS 3

Apocalipsis 3 Nueva Traducción Viviente (NTV)


Mensaje a la iglesia de Sardis

»Escribe esta carta al ángel[a] de la iglesia de Sardis. Este es el mensaje de aquel que tiene el Espíritu de Dios de siete aspectos[b] y las siete estrellas:
»Yo sé todo lo que haces y que tienes la fama de estar vivo, pero estás muerto. ¡Despierta! Fortalece lo poco que te queda, porque hasta lo que queda está a punto de morir. Veo que tus acciones no cumplen con los requisitos de mi Dios. Vuelve a lo que escuchaste y creíste al principio, y retenlo con firmeza. Arrepiéntete y regresa a mí. Si no despiertas, vendré a ti de repente, cuando menos lo esperes, como lo hace un ladrón.
»Sin embargo, hay algunos en la iglesia de Sardis que no se han manchado la ropa con maldad. Ellos caminarán conmigo vestidos de blanco, porque son dignos. Todos los que salgan vencedores serán vestidos de blanco. Nunca borraré sus nombres del libro de la vida, sino que anunciaré delante de mi Padre y de sus ángeles que ellos me pertenecen.
»Todo el que tenga oídos para oír debe escuchar al Espíritu y entender lo que él dice a las iglesias.

Mensaje a la iglesia de Filadelfia

»Escribe esta carta al ángel de la iglesia de Filadelfia.
Este es el mensaje de aquel que es santo y verdadero,
    el que tiene la llave de David.
Lo que él abre, nadie puede cerrar;
    y lo que él cierra, nadie puede abrir:[c]
»Yo sé todo lo que haces y te he abierto una puerta que nadie puede cerrar. Tienes poca fuerza; sin embargo, has obedecido mi palabra y no negaste mi nombre. Mira, a esos que pertenecen a la sinagoga de Satanás —esos mentirosos que dicen ser judíos y no lo son— los obligaré a que vengan y se postren a tus pies. Ellos reconocerán que es a ti a quien amo.
10 »Dado que has obedecido mi mandato de perseverar, yo te protegeré del gran tiempo de prueba que vendrá sobre el mundo entero para probar a los que pertenecen a este mundo. 11 Yo vengo pronto.[d] Aférrate a lo que tienes, para que nadie te quite tu corona. 12 A todos los que salgan vencedores, los haré columnas en el templo de mi Dios, y nunca tendrán que salir de allí. Yo escribiré sobre ellos el nombre de mi Dios, y ellos serán ciudadanos de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén que desciende del cielo y de mi Dios. Y también escribiré en ellos mi nuevo nombre.
13 »Todo el que tenga oídos para oír debe escuchar al Espíritu y entender lo que él dice a las iglesias.

Mensaje a la iglesia de Laodicea

14 »Escribe esta carta al ángel de la iglesia de Laodicea. Este es el mensaje de aquel que es el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio[e] de la nueva creación de Dios:
15 »Yo sé todo lo que haces, que no eres ni frío ni caliente. ¡Cómo quisiera que fueras lo uno o lo otro!; 16 pero ya que eres tibio, ni frío ni caliente, ¡te escupiré de mi boca! 17 Tú dices: “Soy rico, tengo todo lo que quiero, ¡no necesito nada!”. Y no te das cuenta de que eres un infeliz y un miserable; eres pobre, ciego y estás desnudo. 18 Así que te aconsejo que de mí compres oro —un oro purificado por fuego— y entonces serás rico. Compra también ropas blancas de mí, así no tendrás vergüenza por tu desnudez, y compra ungüento para tus ojos, para que así puedas ver. 19 Yo corrijo y disciplino a todos los que amo. Por lo tanto, sé diligente y arrepiéntete de tu indiferencia.
20 »¡Mira! Yo estoy a la puerta y llamo. Si oyes mi voz y abres la puerta, yo entraré y cenaremos juntos como amigos. 21 Todos los que salgan vencedores se sentarán conmigo en mi trono, tal como yo salí vencedor y me senté con mi Padre en su trono.
22 »Todo el que tenga oídos para oír debe escuchar al Espíritu y entender lo que él dice a las iglesias».

JUECES 13

Jueces 13 Nueva Traducción Viviente (NTV)

Nacimiento de Sansón

13 Una vez más, los israelitas hicieron lo malo a los ojos del Señor, así que el Señor los entregó en manos de los filisteos, quienes los oprimieron durante cuarenta años.
En esos días, vivía en la ciudad de Zora un hombre llamado Manoa, de la tribu de Dan. Su esposa no podía quedar embarazada, y no tenían hijos. Entonces el ángel del Señor se le apareció a la esposa de Manoa y le dijo: «Aunque no has podido tener hijos, pronto quedarás embarazada y darás a luz un hijo varón. Así que ten cuidado; no debes beber vino ni ninguna otra bebida alcohólica ni comer ninguno de los alimentos prohibidos.[a] Quedarás embarazada y darás a luz un hijo, a quien jamás se le debe cortar el cabello. Pues él será consagrado a Dios como nazareo desde su nacimiento. Él comenzará a rescatar a Israel de manos de los filisteos».
La mujer corrió a decirle a su esposo: «¡Se me apareció un hombre de Dios! Tenía el aspecto de uno de los ángeles de Dios, daba miedo verlo. No le pregunté de dónde era, y no me dijo su nombre. Pero me dijo: “Quedarás embarazada y darás a luz un hijo. No debes beber vino ni ninguna otra bebida alcohólica, ni comer ninguno de los alimentos prohibidos. Pues tu hijo será consagrado a Dios como nazareo desde el día de su nacimiento hasta el día de su muerte”».
Entonces Manoa oró al Señor diciendo: «Señor, te pido que el hombre de Dios vuelva a nosotros y nos dé más instrucciones acerca del hijo que nacerá».
Dios respondió a la oración de Manoa, y el ángel de Dios se le apareció otra vez a la esposa mientras estaba sentada en el campo; pero Manoa, su esposo, no estaba con ella. 10 Así que, enseguida ella fue corriendo a contarle a su esposo: «¡El hombre que se me apareció el otro día está aquí de nuevo!».
11 Manoa regresó corriendo con su esposa y preguntó:
—¿Eres el hombre que le habló a mi esposa el otro día?
—Sí —contestó él—, soy yo.
12 Entonces Manoa le preguntó:
—Cuando tus palabras se hagan realidad, ¿qué reglas deben gobernar la vida y el trabajo del muchacho?
13 El ángel del Señor le contestó:
—Asegúrate de que tu esposa siga las instrucciones que le di. 14 No debe comer uvas ni pasas ni beber vino u otra bebida alcohólica, ni comer ningún alimento prohibido.
15 Entonces Manoa le dijo al ángel del Señor:
—Por favor, quédate aquí hasta que preparemos un cabrito para que comas.
16 —Me quedaré —le contestó el ángel del Señor—, pero no comeré nada. En cambio, puedes preparar una ofrenda quemada como sacrificio al Señor.
(Manoa no se daba cuenta de que era el ángel del Señor).
17 Entonces Manoa le preguntó al ángel del Señor:
—¿Cómo te llamas? Pues queremos honrarte cuando todo esto se haga realidad.
18 —¿Para qué preguntas mi nombre? —contestó el ángel del Señor—. Es demasiado maravilloso para que tú lo comprendas.
19 Después Manoa tomó un cabrito y una ofrenda de grano, y ofreció todo sobre una piedra como sacrificio al Señor. Y mientras Manoa y su esposa observaban, el Señor hizo algo asombroso: 20 cuando las llamas del altar se elevaron hacia el cielo, el ángel del Señor ascendió en medio del fuego. Al verlo, Manoa y su esposa se postraron rostro en tierra.
21 El ángel no volvió a aparecerse a Manoa y a su esposa. Entonces Manoa finalmente se dio cuenta de que era el ángel del Señor, 22 y le dijo a su esposa:
—¡Seguramente moriremos, porque hemos visto a Dios!
23 Pero su esposa dijo:
—Si el Señor hubiera querido matarnos, no habría aceptado nuestra ofrenda quemada ni nuestra ofrenda de grano. No se nos hubiera aparecido, ni habría dicho algo tan maravilloso, ni hecho estos milagros.
24 Así que cuando nació su hijo, ella lo llamó Sansón. Y el Señor lo bendijo, y el niño creció. 25 Y el Espíritu del Señor comenzó a manifestarse en él mientras se encontraba viviendo en Mahne-dan, entre las ciudades de Zora y Estaol.