Profecía recibida por Puerta del
Cielo, la voz en el desierto.
La tragedia en el Darién hace
reflexionar a los activistas, quienes arremeten contra los gobiernos
responsables de la emigración, acusándolos de ser los provocadores de este
fenómeno.
Hemos visto, aunque de forma
limitada, cómo se apela a organismos internacionales para resolver problemas
nacionales. Esta tendencia continuará con fuerza y veremos cómo aumenta. Los
organismos internacionales se harán más influyentes, llegando a parecer
necesarios, lo que llevará a fortalecer la idea de un gobierno mundial, para
luego buscar un líder mundial y destacarlo. Las santas escrituras ya han
señalado a este personaje. ¡Atención! Esto nos mostrará lo cerca que estamos
del evento más grande en la historia de la humanidad hasta este momento.
La guerra entre el bien y el mal
pronto terminará, hijitos, no desesperen. Sé que los míos se conmueven en su
interior, pero tomen en cuenta que mi hijo vuelve pronto. Aunque el mal parece
avanzar, su destino es la destrucción. No será el final que esperan los líderes
perversos. Ellos creen que todo les saldrá conforme a sus planes, y así parece
ser, pero eso no cambiará su destino. Solo estoy dejando que se muestren todos
para que el mundo sepa quiénes son y nadie los llore. Pero tú, pueblo mío,
espera el final con paz y gratitud, pues tu Dios y Rey victorioso es.
UNA DICTADURA CAE. Aunque se
esperaba y se ha luchado contra ella, su caída es inesperada. El pueblo se
enardece; muchos de los líderes de esa dictadura logran huir, otros no.
El pueblo mismo se hace justicia:
leyes son derogadas, edificios serán asaltados por la multitud, y destruirán
instituciones títeres.
Gente en las calles… parece una
locura. El pueblo, enardecido, festeja su libertad. Los reportes al extranjero
de estos acontecimientos serán muy extensos. Esta locura y el festejo por la
libertad durarán días. Reporteros observan cómo el pueblo corre por las calles
y, aquellos opositores que no logren huir, serán capturados. Nada parece
detener al pueblo. Pasarán días hasta que la gente se sosiegue.
Cuando finalmente se logre la calma,
comenzarán las juntas y el movimiento para restaurar la verdadera democracia.
Habrá mucha demanda de justicia. "¡Que se haga justicia!" gritan.
Piden encarcelamientos, piden
sentencias, y el pueblo demanda justicia por todo su sufrimiento. En las calles
se oirán estas demandas.
Algunos darán gloria a Dios y lo
alabarán por la victoria sobre lo sufrido. El pueblo oprimido se gozará, y
muchos reconocerán que Dios actuó. Habrá muchos testimonios de personas caídas
pidiendo perdón. Estas noticias ocuparán los titulares de los medios.
Finalmente, llegará el día. Por fin
respirará este pueblo oprimido por las injusticias. Reconocerán la mano de
Dios. Se levantarán nuevos líderes para reorganizar el país. Y otras dictaduras
comenzarán a temblar. Esta caída estremecerá al mundo, especialmente a
gobiernos y dictadores. Algunos parecen recapacitar en ciertos aspectos, y
parecerá que aflojan un poco la presión, pero no causará el efecto esperado.
Los pueblos sometidos a estos yugos parecerán recuperar la esperanza y alzarán
sus voces al cielo, y a quien quiera oír sus demandas. Esta caída afectará e
impresionará al mundo.
Los hijos de Dios lo alabarán por la
caída de este régimen. Comenzarán las recompensas: unos recibirán vergüenza,
otros la ira de los oprimidos, y otros la dignidad por su lucha.
El Altísimo escuchó el clamor del
débil, del azotado, y una vez más respondió conforme a su misericordia. Dios
está siempre del lado de la justicia y actúa apoyando la verdad. Él siempre
escucha. ¡Aleluya! Es un Dios justo y bueno, y como es Todopoderoso, nadie
podrá contra Él y ninguno resistirá cuando Él actúe.
El Mesías vuelve; el rapto es
inminente. ¡Arrepiéntanse!
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