jueves, 19 de diciembre de 2019

JUECES 10

Jueces 10 Nueva Traducción Viviente (NTV)

Tola, juez de Israel

10 Después de la muerte de Abimelec, la siguiente persona que rescató a Israel fue Tola, hijo de Púa, hijo de Dodo. Era de la tribu de Isacar pero vivía en la ciudad de Samir, en la zona montañosa de Efraín. Fue juez de Israel durante veintitrés años. Cuando murió, lo enterraron en Samir.

Jair, juez de Israel

Después de la muerte de Tola, Jair, de Galaad, fue juez de Israel durante veintidós años. Sus treinta hijos cabalgaban sobre treinta burros y eran dueños de treinta ciudades en la tierra de Galaad, que aún se llaman las Ciudades de Jair.[a] Cuando murió Jair, lo enterraron en Camón.

Los amonitas oprimen a Israel

Una vez más, los israelitas hicieron lo malo a los ojos del Señor. Sirvieron a las imágenes de Baal y de Astoret, y a los dioses de Aram, de Sidón, de Moab, de Amón y de Filistea. Abandonaron al Señor y dejaron de servirle por completo. Entonces el Señor ardió de enojo contra los israelitas y los entregó en manos de los filisteos y los amonitas, quienes comenzaron a oprimirlos ese mismo año. Durante dieciocho años oprimieron a los israelitas que vivían al oriente del río Jordán, en la tierra de los amorreos (es decir, Galaad). Los amonitas también cruzaron al lado occidental del Jordán y atacaron a Judá, a Benjamín y a Efraín.
Los israelitas estaban muy angustiados. 10 Finalmente clamaron al Señor por ayuda y dijeron:
—Hemos pecado contra ti, porque te hemos abandonado como nuestro Dios para servir a las imágenes de Baal.
11 El Señor respondió:
—¿Acaso no los rescaté yo de los egipcios, los amorreos, los amonitas, los filisteos, 12 los sidonios, los amalecitas y los maonitas? Cuando ellos los oprimían, ustedes clamaban a mí por ayuda, y yo los rescataba. 13 Sin embargo, ustedes me abandonaron y sirvieron a otros dioses. Así que ya no los rescataré más. 14 ¡Vayan a clamar a los dioses que han escogido! ¡Que los rescaten ellos de este momento de angustia!
15 Pero los israelitas rogaron al Señor diciendo:
—Hemos pecado. Castíganos como bien te parezca, pero rescátanos hoy de nuestros enemigos.
16 Entonces los israelitas dejaron los dioses ajenos para servir al Señor, y él se entristeció a causa del sufrimiento que experimentaban.
17 En esa ocasión, los ejércitos de Amón se habían juntado para la guerra y acampaban en Galaad, y el pueblo de Israel se congregó y acampó en Mizpa. 18 Los líderes de Galaad se dijeron unos a otros: «El primero que ataque a los amonitas será proclamado gobernante de todo el pueblo de Galaad».

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