domingo, 9 de julio de 2017

MARCOS 17

La resurrección


1 Cuando pasó el sábado, María Magdalena, María la madre de Jacobo, y Salomé compraron especias aromáticas para ir a ungir el cuerpo de Jesús. 
2 Muy de mañana el primer día de la semana, apenas salido el sol, se dirigieron al sepulcro. 
3 Iban diciéndose unas a otras: «¿Quién nos quitará la piedra de la entrada del sepulcro?» 
4 Pues la piedra era muy grande. Pero al fijarse bien, se dieron cuenta de que estaba corrida.
5 Al entrar en el sepulcro vieron a un joven vestido con un manto blanco, sentado a la derecha, y se asustaron. 
6 —No se asusten —les dijo—. Ustedes buscan a Jesús el nazareno, el que fue crucificado. ¡Ha resucitado! No está aquí. Miren el lugar donde lo pusieron. 
7 Pero vayan a decirles a los discípulos y a Pedro: “Él va delante de ustedes a Galilea. Allí lo verán, tal como les dijo.” 
8 Temblorosas y desconcertadas, las mujeres salieron huyendo del sepulcro. No dijeron nada a nadie, porque tenían miedo.1

Apariciones y ascensión de Jesús

9 Cuando Jesús resucitó en la madrugada del primer día de la semana, se apareció primero a María Magdalena, de la que había expulsado siete demonios. 
10 Ella fue y avisó a los que habían estado con él, que estaban lamentándose y llorando. 
11 Pero ellos, al oír que Jesús estaba vivo y que ella lo había visto, no lo creyeron. 
12 Después se apareció Jesús en otra forma a dos de ellos que iban de camino al campo. 
13 Éstos volvieron y avisaron a los demás, pero no les creyeron a ellos tampoco. 
14 Por último se apareció Jesús a los once mientras comían; los reprendió por su falta de fe y por su obstinación en no creerles a los que lo habían visto resucitado. 
15 Les dijo: «Vayan por todo el mundo y anuncien las buenas nuevas a toda criatura.2 
16 El que crea y sea bautizado será salvo, pero el que no crea será condenado. 
17 Estas señales acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios; hablarán en nuevas lenguas; 
18 tomarán en sus manos serpientes; y cuando beban algo venenoso, no les hará daño alguno; pondrán las manos sobre los enfermos, y éstos recobrarán la salud.» 
19 Después de hablar con ellos, el Señor Jesús fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios. 
20 Los discípulos salieron y predicaron por todas partes, y el Señor los ayudaba en la obra y confirmaba su palabra con las señales que la acompañaban

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